Un crucifijo, un instante
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Ser feérico que nace de la brisa. Creado por Ainoa Bravo con IA |
Las hojas caen algo bailongas desde mi tejado, otras asoman sus puntitas, pendientes, ligeras, cotillas.
La brisa, me golpea en la cara y el cuello mientras me decido a salir por la puerta de entrada, para salir a ser persona por un rato. Debería de estar poniéndome un pañuelo, porque este tiempo puede calarte y en cuánto menos lo esperas ya estás resfriado o peor, puedes coger algo así como la gripe.
Las plantas de mis pies a una velocidad impecable, golpea el suelo entre avances. Casi sin pensar, me decido a ir hasta una de las iglesias que se encuentra en mi pueblo, hecha de madera y bastante antigua. Hasta hace unos días no había nada pintado, pero, estos días se ve que alguien ha querido gastar una broma algo pesada pintarrajeando ''FALSO DIOS'' en letras rubí, cubriendo casi toda la madera lateral con sus mayúsculas. No han pasado muchos minutos hasta que he llegado hasta ahí, por lo que freno en seco apoyándome en mis propias rodillas, las sujeto y tomo un poco de aliento, con el intento de recuperar oxígeno.
Las calles están muy vacías, quizá demasiado para mi gusto. Ni siquiera se logra escuchar un sólo coche, o peor, una mosca. Vaya, ahí hay una mosca... pero, ¿qué es eso? ¿Por qué no se mueve? Me percato de que la brisa incluso, ya no se escucha, ni me vacila a empujones leves. Lo que sí noto es un hormigueo penetrable, paralítico en el ambiente.
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Creado por Ainoa Bravo con IA |
Una sombra hace que gire mi cabeza hasta su movimiento y por supuesto, como no comprendo nada, no me muevo. La sombra tiene un crucifijo en su mano. Lo balancea estático como si esperase que adivinase algo; muy propio de espíritus. Todos quieren hacerse los interesantes. Y por supuesto, lo éste no es menos, porque lo ha conseguido; ha logrado captar toda mi atención... .
De repente el crucifijo comienza a moverse en círculos. Éstos, cada vez son más grandes... y parecen tener todo el aire que había desaparecido porque, las hojas del suelo con forma de remolino comienda a ascender, crecer, ser, tener vida propia. De hecho, de la tierra un ser con forma de mujer y más de dos manos, aparece. Una vida, que acabará en un instante arrastrando la mía.
Texto escrito por:
Ainoa Bravo Rodríguez
El final hiela la sangre.
ResponderEliminarEl relato es muy, muy, muy bueno.
Atrapa desde el principio y va creciendo genial.
Te felicito.
Tuve una avería en el pc.
Arreglado ya.
Tanto tiempo saludos desde mi concierto
ResponderEliminarTexto que se metamorfosea delante de los ojos... Bravo!!
ResponderEliminarAbrazo hasta vos.
PD: tal vez a tu casilla de spam hayan ido otros comentarios míos...