La intensidad, esa que tanto le ha abrumado en su diminuto cuerpo ha creado un velo que aleja a las personas de su verdadera esencia.
Pero qué importa, si ella se ama y se siente cerca de sí misma.
La cortina se mueve bruscamente, susurrando voleteos. Las sélfides, tan juzgadas por su juego se comunican divertidas, de cuán absurdo es todo ese cuento de la intensidad maligna. Cuántos son capaces de entender su azulada ascua repiqueteando para alimentar tu pasión y fantasía.
Cuándo se enciende la melodía y mi voz se desata junto a ellas… amo, creo, me veo. Soy sólo mía.
Texto: Ainoa Bravo Rodríguez
Tuya, y en permanente expansión <3
ResponderEliminarDulces besos Ainoa y dulce fin de semana.
Me encanta (L)
ResponderEliminar¡Qué bien suena esto!
ResponderEliminarEl texto y el video son para disfrutarse una y otra vez. Enhorabuena y gracias por compartir esto.
ResponderEliminarMuy interesante y original, Noa. Gracias por traerla, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable.
Yo creo que tú deslumbras.
ResponderEliminarLo sabes?