
Cerré el grifo y dejé gotear sobre mis dedos las últimas sensaciones. Me miré en el espejo, estaba haciéndolo ahora y por sólo poder estar viva en éstos momentos para poder ver lo que soy, en quién me he convertido, me estremecí.
Tan sumamente mía, tan deambulante.
Escrito por: Ainoa Rodríguez Bravo
Qué bonito! Me encantó la imagen de las manos bajo el grifo para sentir placer! Algo tan cotidiano,de pronto es poesía! Besazo.
ResponderEliminarTan sumamente tú. Es precioso.
ResponderEliminarA veces el placer está ahí, entre tu y tu misma. Un abrazo
ResponderEliminarHola Noa, el agua casi siempre nos muestra una imagen poética..
ResponderEliminarGracias, pasa buena noche, sigo aquí, besos encandilados..
Me gusta como escribes, ya te lo he dicho más veces.
ResponderEliminarQué bonito describes un gesto tan cotidiano, tan natural!
ResponderEliminarBesotes!!!
Eso es verse en lo profundo del ser.
ResponderEliminarDulces besos Ainoa y un dulce fin de semana para ti.
Qué sugerente, Noa. Muy bueno.
ResponderEliminarAbrazo.
Hola Noa me alegra leerte y como siempre precioso tu texto .
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Bonitas palabras, sensaciones perfectas. Me ha encantado, un beso.
ResponderEliminarHola, Noa.
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog y creo que tienes publicaciones muy interesantes.
Este texto refleja uno de mis mantras preferidos: que la brevedad es un arte, y que puede ser hermosísima.
Felicidades por el blog.
Un saludo,
Sofía
"tan sumamente mía, tan deambulante"
ResponderEliminarCuando la intrascendencia se sube a un pedestal, para que todos admiremos la belleza de su oculta contundencia.
Bonitas palabras, Ainoa.