La canción sin título.

Se podía sentir el bombeo del altavoz bajo la suela de mis zapatos planos, el frenesí concentrado que había delante de mí gritaba viral a los artistas del escenario.
La noche, tapaba las imperfecciones que todos creemos tener alguna vez, y los focos de colores nos encendían para recordarnos que ésta noche es nuestra.

- Ariel, yo no puedo entrar tía, no tengo entradas -. Miré a mi mejor amigo Fred con ojos en blanco. Llevaba toda la noche tratando de despistar a los porteros, poniéndose la capucha, cogiéndose del brazo de alguna moza, haciéndose el borracho... . Lo increíble es que una vez lo consiguió, pasó con el pelo tapándole la cara como la niña del grito y las gafas puestas entre sus greñas.
Ésta vez en cambio le habían fichado, y su intención era que yo me quedase fuera con una botella de ron perdiéndome el concierto.

- Entraré sola, pero déjame tu collar por si acaso -. El collar era de pinchos, y eso ayudaría a alejar a algunos bestias del público que quisiesen matarse a golpes en cuánto una canción Punk se emitiese, encontrándome en medio.

- De acuerdo, pero devuélvelo... -. Dijo señalándome rendido tras dedicarle una media sonrisa.

Me di la vuelta decidida, y me adentré entre las filas. Los porteros me sonreían, bueno, más bien muchos lo hacían, y aunque me sentía segura, tantas miradas desconocidas incomodaban.

Una vez llegué hasta el tan apegado público, quise seguir abriéndome paso entre todos; quería la primera vista, aunque algunos pervertidos me rozasen adrede. Era imposible no erizarse y encogerse ante tales acciones.
Estaba dentro de la boca del lobo, pero era afortunada de que la mayoría fuesen hombres y me dejasen paso, a veces ser menuda tenía sus ventajas, porque creo temen romperme.
La energía que todo el gentío desprendía, me encendió de calor como si hubiese entrado en una sauna. Apenas habían pasado cinco minutos y ya sentía que los poros de mi nuca transpiraban, era excitante. Avanzaba diminutiva y pude respirar. Llegué a la primera fila.

La música se puso agresiva, y el público también comenzó a dar brincos entusiasmados, empujándose unos a otros, y también dándome a mí. Qué daño, mi hombro.

- ¡Eh, tío ten cuidado! -. Grito furioso un castaño corpulento en cuanto se dio cuenta de que casi me convertían en un sandwich.

- ¿Estás bien?-.

Asentí con mi cabeza, tratando de recobrar la compostura. Tenía la sensación de haber terminado de saltar en unas colchonetas y no sabía cómo pisar el suelo.

- Ponte aquí, si quieres-.

En el punto que me señaló, había un hombre sentado en silla se ruedas. Y lo agradecí, porque gracias a su silla era el hombre más protegido del concierto.
Había espacio, una nueva canción empezó a ser tocada, me pedía bailar aunque fuese despacio para no llamar la atención, porque no soportaba serlo y... un chico rubio de ojos claros, alto de mi izquierda me estaba mirando. Capté toda su atención, vamos. No, me estaba devorando. Tensión.

''No mires'', me pedí mentalmente.

El desconocido, como si se hubiese percatado de mi nerviosismo se acercó más a mí, en silencio, y una tortura de escalofríos por ese misterio del momento comenzó a hacerse de mí.
Me empujaron de nuevo un par de ebrios y éste aprovechó cogiéndome de la cintura poniéndose detrás de mí. Me sobrecogí, paralizada.

Y entonces lo sentí, sus dedos recorrían mi hombro con delicadeza, seguían por mi codo, mi muñeca... hasta mi mano. Entrelazó sus dedos con los míos, se apegó más a mi espalda, protector. No procesaba bien lo que estaba ocurriendo, me gustaba, hacía tiempo que no sentía ésta clase de atracción.

 La canción eléctrica terminó en un estallido.

- Hola-. Susurró en mi oído. Pero no contesté, me aparté confusa. Retrocedí con mis pálpitos galopando en un oleaje de emociones que no entendía, fundiéndome en el centro de la multitud.

Una nueva melodía se hizo en el ambiente, y yo, arrepentida de haberme alejado de aquel chico miré hacia donde estábamos, debía presentarme. Pero en cuánto di media vuelta, ya no estaba. Se había ido, como aquella canción instantánea.

No descubrí su nombre, no supe nada más de él, y tampoco escuché nunca más esa canción sin título.


Escrito por: Ainoa Rodríguez Bravo


Comentarios

  1. Excitante. A veces dejamos pasar ocasiones y luego nos arrepentimos, pero ese tipo de cosa se queda siempre grabada en nuestra memoria y es bonito pensar en lo que hubiera podido ser y no fue.
    Besos

    ResponderEliminar
  2. Un contraste entre el vértigo de un concierto punk y el encuentro romántico con un desconocido. Pero todo puede suceder cuando uno menos lo espera. Buen relato Noa.

    Dulces besos para ti.

    ResponderEliminar
  3. Las oportunidades son trenes que pasan....

    ResponderEliminar
  4. Por cierto me quedo siguiendote y te invito a mi blog, besos Noa
    http://estoyentrepaginas.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar
  5. Un bonito momento. Una pena que el chico y la cancion desaparecieran. Besos.

    ResponderEliminar
  6. Precioso como escribes! No te había leído más que en las reseñas de libros! Me encanta!

    ResponderEliminar
  7. La vida está hecha de momentos que son los eslabones de esa cadena que es nuestra existencia. Un momento muy especial el que has descrito, lleno de contrastes que a fin de cuentas, son la salsa de la vida.

    Saludos Noa!

    ResponderEliminar
  8. Seguro que la próxima vez que te pase algo parecido aprovechas el momento!
    En esta vida no hay que lamentarse porque de todo se aprende.
    Un saludo!

    ResponderEliminar
  9. Hola! Me encanta como escribes. Siempre, siempre, hay que aprovechar las ocasiones por si no vuelven a pasar, pero sobre todo, seguro de lo que se está haciendo.
    Besos!

    ResponderEliminar
  10. Hola, muy bonito tu blog. Matrix, es una pelicula que te va a ayudar a entender el mundo actual. Gracias por visitar

    ResponderEliminar
  11. Dejaste escapar la química...
    Lástima, a veces tarda en volver o incluso no vuelve jamás.

    ResponderEliminar
  12. Sin duda, ¡deberías dedicarte a esto!
    Besos rojos por doquier!

    ResponderEliminar
  13. Hay veces que dejamos pasar oportunidades por hacernos las interesantes... Besotes!!!

    ResponderEliminar
  14. Muy buen relato, sin duda. Qué pena que el desconocido se marchara,... ES de estas ocasiones en las que es mejor hacerse la loca y dejarse llevar.
    Besos

    ResponderEliminar
  15. Por lo menos te dejó una emoción bonita...
    Besos.

    ResponderEliminar
  16. Relatas muy bien, me has hecho estar entre el público y sintiendo esos vapuleos. Y llegué a verte... hacíais buena pareja.

    Gracias por tus palabras en mi rincón.

    Mil besitos, Noa.

    ResponderEliminar
  17. Precioso! Un placer leerte.
    Besotes!!!

    ResponderEliminar
  18. Que lindo leerte!
    Que pases un bonito fin de semana guapa.

    ♥ Johanna,
    http://www.dreamscolorsandglitter.blogspot.com

    ResponderEliminar
  19. Hola! Me encanta como escribes! Un relato muy bonito.
    Besos.

    ResponderEliminar
  20. Me ha encantado leerte, has conseguido expresar mucho... la pena es que se fuera -_-

    Un beso ^^

    ResponderEliminar
  21. Muy excitante y fugaz... has conseguido que empatice con la protagonista... qué bien escribes¡¡¡ un besazo enorme¡¡

    ResponderEliminar
  22. Tienes un gran futuro como escritora, porque no me ocurre nada así en la vida real
    Besos

    ResponderEliminar
  23. Me encanta tu forma de escribir :D
    Sigue así^^

    Un beso!

    ResponderEliminar
  24. ¡Me ha encantado!
    Me gusta mucho leerte =)
    Un besitoo

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares