Vivir el momento, sin dejar de querer crear el siguiente.

Será que todo tiene que ver con mi crecimiento. A lo que le daba importancia, ya no le veo el por qué de dar valor. Las relaciones para mí comienzan a perder todo sentido o es que tal vez, lo que quiero, ya no termina siendo lo que hace años deseé.

A mí, que me den noches de locura, con dulces, cabellos con enredos y miradas perdidas que se disuelven más tarde en una risa. Palabras que no tengan sentido, para dar ese sentido a las rarezas.

No quiero quedarme estancada en fobias. Yo quiero estar junto a la persona que necesito y en realidad, me parece que ésta pasaría a un primer lugar de mi vida. No pensaré jamás que lo secundario es mi pareja y que las amistades sean mucho más. Para eso, no tengo pareja.

Me dices que no me darás prisas, que te lo tomarás con calma y a pesar de todo, también me sueltas que para ti los amigos están delante de una pareja. Es una gran motivo para no querer dar un paso hacia adelante, ¿sabes?, porque si lo doy; perderé valor para ti.

Así que, seguiré con mi chocolate, contaré los días que queden para que ese gato que se llame Drew llegue a mí. Diseñaré la casa de mis sueños y la tendré, aunque sea en ellos. Leeré como una posesa para encontrarme con mis amigos. Y le hablaré a Dreuet, tanto como siempre, contaremos cada cosa absurda que por nuestra mente pase, desde que abrimos los ojos, hasta cerrarlos.

Mientras, tú, sigue jugando. Para cuando dejes de hacerlo, haz como que te acuerdas de mí y pídeme que vaya a verte, puede que te haga caso porque necesito un abrazo humano. Pero no pretendas que tenga que ser así siempre; porque yo quiero crecer.

Texto: Ainoa Rodríguez Bravo

Foto: Ritaguerra