''Des y tierra''.

Durante toda la mañana y media de mi noche, he deseado que llegase éste trance. No entiendo bien, por qué me hace tanta falta desatar el miedo. De qué me vale, expresar que no me apañe nada, la percepción de poder estar fijándome en ti.

Todo me da giros y éstas representaciones que yo sola me creo en el coco, son algo irritantes para mi paladar, para mi vista interior. Temo estar teniendo cierta necesidad por hablarte de aquello que me suceda. Puede que porque encaje un poco en en aquello que nos diferencia.

Es algo que sabes aguantar de mí. Yo suelo estar en otro lugar. Mis zancadas van hacia otro punto contrarial o iban, hasta que más o menos tu choque se hizo existente.

Cuando poso mi cabeza sobre tu pecho y escucho algunos de esos latidos tuyos, los siento como que un poco míos. Se trata de ese mismo ritmo, como si se sincronizasen y me embriagasen con su melodía, como si se mostrase una igualdad por ese tic tac.

Qué tontería, qué gran tontería estoy hecha. Aunque tenga cierto encanto la sensación, no es un logro, el no evitar tratar de alejarte de mis creaciones mentales. Tengo ese impulso, solo por si acaso. ¿Pero por qué tiene que haber un ''por si acaso''? y, ¿qué pasaría si se acumulasen varios recuerdos de ti?. De dos, cada dos. Terminarás por formar parte de mi vida, de mí, ¿eso es lo que intuyo?, ¿lo que tal vez intentes?.

Solo sé que, sea lo que sea que pueda crecer dentro de mí, lo pienso defender por delante de lo que soy. Quiero decir, que mis sentimientos irán delante de ti. Y eso espero no tener que hacerlo, al menos aun no. Pero digo aun y eso quiere decir que ''algún día'' puede, solo tal vez quiera que estés dentro de mí, si no estás entrando ya; porque me demuestras que a veces lo fugaz tortura más al segundo que le hace tener ese nombre.

Texto: Ainoa Rodríguez Bravo.