Mi conformismo alterado.

No quiero pensar. Verás, no es bueno pensar las 24 horas, en alguien a quien no puedes tener. Me estoy limitando. Me estoy frustrando y torturando por algo que se pinta, pero que con certeza no se sabrá si esas líneas, me darán a ver su densidad o quedarán en el plano liso, recto, rutinario y eterno.

No sé en qué lugar o segundo, quité mis manos de mis ojos. Puede que no esté siendo positiva, pero el hecho de serlo, ¿es un transfondo vendal?. No creo ni siquiera que tú debas de pasar por lo mismo, por mí.

Es un acto egoísta, pensar así. Pero no quiero pensar en ti. Quiero desconectar, caminar, decir tonterías sin que me juzguen, pero a poder ser, caminar con dos sombras que el sol me deje ver. Quiero mirar, pero ver al hacerlo; una sonrisa. Quiero oír, escuchar una carcajada y otras cuantas tonterías más, de una voz que no sea precisamente la mía y tolerarlo.

Yo quiero vivir fuera, mientras que tú prefieres encerrarte a esperar. Y no, no es justo que la felicidad creas que esté tan lejos, cuando, posiblemente la puedas conseguir justo en éste segundo, éste año.

Varias veces me han dicho ya, ''es que, tiene su vida'' o oírte a ti decir ''sé, que tienes tu vida''. ¿No ves la realidad?. Parecen las típicas frases de las que uno suelta cuando se cabrea con alguno;'' ¡Eh, tú por un lado y yo por otro!. ''

Todo lo veo feo así, sin momentos... . Solo palabras. Adoro las palabras, pero el exceso se dice que nunca es bueno y, creo, que tocamos el límite. Es curioso como he cambiado de una entrada a otra, me sentía bien conmigo misma, con el día, con mis pensamientos; con los instantes. Ahora solo sé que necesito notarme rodeada, no sentirme sola.

¿Se puede saber en qué momento he dejado de ser conformista?.

Texto y fotografía: Noa.