Y no llueve felicidad por la mañana.

En la mayoría de mis entradas, en ellas hay un pequeño por ciento de melancolía, angustia, tristeza.

Pienso; ''tal vez debería de escribir algo más feliz'', pero fracaso cada vez que lo intento. Tal vez sea porque realmente no puedo escribir sobre la felicidad si no es algo que pueda estar sintiendo en instantes como estos.

Me pregunto a mí misma, ''¿qué es lo que te ocasiona todo este dolor?'', tan solo termino pensando en todo.

En lo que no tuve, en lo que no tengo, en lo que nunca podré tener. Creí, realmente creí que las cosas cambiarían en ese sentido, pensé realmente que tendría por fin una familia, realmente llegué a ilusionarme en instantes como éste, aun sin tener nada; pensé que algún día lo tendría. Tendría ese amor maternal y paternal.

No es así, nunca podrá ser así. Tengo 18 años, y debería de haberme dado cuenta de que son demasiadas las mañanas en las que me dejaron sola. Y es que aquí estoy una vez más, en el salón vacío, rodeada de este silencio y hablando por mis manos.

Es posible que la escritura me haya atraido por el simple echo de haber sido mi única compañía en estas mañanas. Es como si me hubiese dado cuenta de que la mente, mi mente, son estas palabras.