Un ciclo aungustioso.

Algo no va bien. Te mareas de solo caminar, y por momentos sientes que tu corazón va demasiado rápido. Caminas, y cada vez te sientes más desencajada, mareada, parece que todas las personas sean más rápidas en todo, mientras que tú, te asfixias.

Estaba deseando de llegar a casa, a pesar de que ese mareo no dejaba de quebrarme, destrozarme; un pequeño pinchazo en el pecho y un nudo en mi garganta. Tenía que aguantar. No sabía que me sucedía, tal vez quería llorar por esta agonía, o en realidad era mi organismo que hablaba.

Llegué a casa. Mientras me dirigía a mi cuarto tenía que apoyar mis manos en la pared; mi corazón pide que hable, dice que basta.
Dejé la compra en la cocina, y luego me encerré en mi habitación. Me senté, y ahí me quedé.

Por mis auriculares, resuena la canción de la Bella y la bestia de Porta, y lloro. Lloro por esos recuerdos que no se van, y me maldigo a mí misma por ser tan débil. Me dejo caer sobre mi cama, me abrazo y el nudo de mi garganta se desata. Pido por favor, ayuda. Ayuda porque creía desmayarme ahí mismo y porque mi corazón no puede aguantar más la mierda que arrastra.

Déjame. Solo pido que dejes de estar en mis sueños, gritándome lo débil que soy. Solo quiero que dejes de amenazarme en sueños. Desaparece, por favor, desaparece.

''Y te veo, te veo en ese lugar del muro, donde comenzó todo. Me acerco a ti, y rompo a llorar. Te grito.
- ¡¿Por qué me has hecho esto?!, ¿Qué te hice yo?, ¿por qué...?-. Entre mis gritos, te pegaba en el pecho, para que contestases. Mis lágrimas caían a borbotones, y mi fuerza disminuía - ¿por qué?... -.
Me abrazas y lloras. Lloras y me abrazas cada vez más fuerte.
- Perdóname -.
Me agarro a tu camisa muy fuerte. Todo me daba vueltas, y una vez más me pedías perdón.
- No -.
- Por favor... se que te hice daño, por favor -.
Levanté mi cabeza de su pecho y negué sus palabras con mi cabeza.
- Tú no tienes ni idea de ese daño que me has hecho. En realidad, ¿no es cierto que te desahogas insultándome?, ¿no me dices siempre que solo me necesitas para eso?. No, no te voy a perdonar esta vez, y tampoco voy a cumplir con mi promesa de esperar. Te has aprovechado de la confianza que te dí para destrozarme. Sal de mi vida -.
- No puedo salir de tu vida -.
- ¡Pero di dices odiarme y que te doy asco!. ¿Por qué no me dejas vivir?-.
- Porque odio quererte y que tú me quieras. Te odio -.
Volví a esconderme en tu pecho. Débil, así me sentía. Ya no podía más. ¿El motivo de hacerme daño es porque me quiere?. No tiene sentido.
- No te vayas, necesito tu ayuda -.
- Sabes que te perdono -. Y tragué. De nuevo callé lo que en realidad aun guardaba dentro. Tal vez cambie, tal vez esta vez cambie.''

Comentarios

  1. Me acorde de una pelicula, de una novela a la vez, buena entrada que me ha encantado, al igual que el estilo del blog (: ME GUSTA.
    Gracias por comentar, desde ahora te sigo (: espero que sigas pasando. un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Siempre tenemos la esperanza de que algo en la otra persona va a cambiar, pero la realidad es que quizás no es necesario que nadie cambie, sino que aceptemos cómo es el otro; porque somos quienes somos y la esencia se mantiene, del mismo modo que el amor se mantiene si los dos se comprometen a cederse su espacio, sus "defectos", sus tal vez. Mientras que no se lastimen unos a otros, claro.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares